Las arándanos liofilizados son un excelente tentempié e ingrediente para cocinar que muchas personas aman. Debido a su larga vida útil, excelente sabor y alta popularidad en el mundo, muchas personas tienen problemas para almacenarlos, usarlos o incluso prepararlos en casa. La humedad y los sabores insípidos pueden causar decepción si no están familiarizados con otras formas de preparar estos arándanos. Por eso es importante aprender más sobre los desafíos más comunes y encontrar soluciones reales para ellos. Si alguien desea que sus arándanos liofilizados sean perfectos independientemente de las condiciones externas o los detalles de almacenamiento, esta guía está aquí para ayudar.
Cómo funciona la liofilización
Esta información es importante porque, para resolver un problema, uno debe comprender cómo se manifiesta. Cuando la comida congelada se transfiere a un vacío después de congelarla, el hielo en su interior sublima directamente de estado sólido a gas sin pasar por estado líquido. Este factor afecta al producto hasta el punto de que queda casi desprovisto de humedad, pero aún conserva su estructura, sabor y sustancias nutritivas. Un liofilizado de mala calidad o incompleto hará que los arándanos mantengan la misma humedad, lo que provocará que se empapen y se echen a perder. Un almacenamiento inadecuado también permitirá que el aire, con la humedad del ambiente donde se guardan, sature las golosinas, arruinando la perfecta crujiente. Por lo tanto, es fundamental entender que la humedad es el principal problema y la causa primaria de muchos problemas con los arándanos liofilizados.
Previniendo Blandura y mantener la textura crujiente
La queja más común asociada con los arándanos liofilizados es que, en lugar de ser crujientes y agradables, pueden volverse blandos e incluso gomosos. Casi inevitablemente significa que los arándanos han estado expuestos a la humedad. Las soluciones se centran principalmente en un almacenamiento adecuado e implican el uso de sustancias absorbentes de humedad. Por lo tanto, cuando enfríe sus arándanos, colóquelos siempre en un recipiente hermético. Específicamente, tú debe elegir un frasco de vidrio que tenga un cierre hermético y pueda cerrarse de forma segura, o un recipiente de plástico resistente. Además, puede resultar beneficioso incluir un desecante seguro para alimentos bolsita o y absorbente de oxígeno. Ambos son pequeños sobres individuales diseñados para absorber toda la humedad ambiental que pueda seguir presente en el recipiente una vez sellado. Por lo tanto, después de colocarlos, cierre el recipiente y guárdelo en un lugar fresco, oscuro y seco. Esta última recomendación hace referencia a una despensa, pero asegúrese de evitar las zonas cercanas a la estufa o al refrigerador. Nunca coloque las bayas en el refrigerador, ya que debido al comportamiento de los cambios de temperatura, al abrir y cerrar la puerta, se generará humedad en el interior.
Conservación del color y Sabor
Otra queja frecuente es cuando las tradicionales bayas morado-azuladas pierden su color y sabor, volviéndose apagadas o haciéndolo con el tiempo. Normalmente ocurre debido a la exposición al oxígeno y a la luz, haciendo que las bayas se oxiden. El oxígeno descompone todos los pigmentos y compuestos aromáticos responsables del color y sabor. Lo que se puede hacer es asegurar un almacenamiento verdaderamente hermético. Esto es especialmente beneficioso para almacenamientos prolongados, donde resulta particularmente útil colocar las bayas conservadas en bolsas selladas al vacío. Todo el oxígeno no deseado es extraído del envase, reduciendo al mínimo la cantidad proveniente del ambiente exterior, lo que ayuda a mantener el color. La otra recomendación es mantener el recipiente en la oscuridad. La luz, especialmente la solar, también podría acelerar este proceso. Reducir la exposición tanto al oxígeno como a la luz preservará el intenso color morado-azulado y el sabor.
Agrupamiento y separación
Una experiencia más desalentadora es abrir tu paquete y descubrir que todas las arándanos liofilizados se han convertido en un solo bloque sólido. Solo se necesita una cantidad mínima de humedad para que cada baya individual se pegue a las demás. Afortunadamente, esto no es el fin del mundo. Aplicar un poco de presión puede separarlos temporalmente; de lo contrario, extiéndelos sobre una bandeja para hornear y colócalos en un horno a baja temperatura, digamos 150°F o 65°C, durante 10-15 minutos, lo cual debería resolver el resto. Cualquier humedad superficial que esté causando que se peguen desaparecerá rápidamente. Después de enfriar completamente, guarda los arándanos nuevamente en un lugar fresco y seco, dentro de un frasco hermético con una nueva bolsita de desecante para evitar que vuelvan a pegarse.